MEMORY LANE
Territorio Modiano: el narrador evoca experiencias, personas y lugares que conoció cuando tenía veinte años. En la época en que tenía veinte años, el narrador de este libro conoció a varias personas con las que compartió complicidades y confidencias. Visitó con ellas lugares que en algunos casos ya no existen: un restaurante en el que comían hombres solitarios, un bar que regentaba una martiniquesa, ciertas calles de París, una casa en la Costa Azul… Era aquel un mundo elegante y sofisticado, de sastrerías, partidas de bridge y noches interminables, pero en el que, bajo el refulgente esplendor, también había recodos sombríos. Un mundo contenido en el estribillo de una canción titulada «Memory Lane». Modiano, arropado en este caso por los exquisitos dibujos de Pierre Le-Tan, se desliza una vez más por los territorios de la memoria evanescente, por escenarios y personajes que permanecen ya inalcanzables en el pasado, por instantes irrepetibles que perviven todavía en el recuerdo.